Dos datos: pensamos en ahorros para la vejez cuando ya somos viejos, pero los ahorros tempranos se multiplican más. Solución: fomentar el ahorro desde muy temprano. ¿Cómo? Creando programas de ahorro con tasas de interés diferenciada según dos criterios:1) Edad del ahorrante. 2) Porcentaje de los ingresos ahorrado. De esta manera, el ahorro de una persona muy joven que ahorra una parte importante de sus ingresos (aunque sea menos plata), genera más intereses que el de una persona adulta o de una que pone más plata líquida que sea proporcionalmente menos respecto de sus ingresos. El principio fundante: valorar y premiar el ahorro, no la riqueza. Los $10 de uno que gana $100 son más ahorro que los $100 de uno que gana $1.000. Y como la plata no cae de los árboles, pero sí se "reproduce" con el interés compuesto, mientras antes empiece, más plata producirá su plata. Esta idea es para convencerlo de que lo haga...