Alimento terapéutico de okra de descarte
- País de residencia
- Guatemala
- Describir la problemática que se desea abordar:
- La pérdida post-cosecha es un problema grave a nivel mundial. Aproximadamente 1/3 de los alimentos producidos en el mundo para consumo humano se pierde o se desperdicia, esto representa hasta $680 billones para países y aproximadamente $310 billones en países en desarrollo (Sawicka, 2019). Las pérdidas globales de alimentos van desde 30% en cereales, hasta cifras mayores a 50% para frutas y verduras en países desarrollados (FAO, 2017). Las pérdidas post-cosecha pueden referirse a pérdidas cuantitativas o cualitativas en varias etapas del proceso. Se consideran las actividades interrelacionadas desde la cosecha, procesamiento y empaque, hasta la distribución. Guatemala también ha reportado pérdidas posteriores a la cosecha en los sectores de cultivos de frutas, vegetales y alimentos básicos. Según datos de la FAOSTAT (2017), cada año se reportan más de 23,875 toneladas métricas en residuos de cosechas registradas en Guatemala.Junto con estas cifras alarmantes, en países en desarrollo coexiste el problema de la desnutrición infantil y la inseguridad alimentaria. Cerca de 200 millones de niños menores de 5 años sufren desnutrición crónica en todo el mundo. Guatemala con un 46.5% de niños sufriendo esta condición se sitúa en niveles semejantes a los de algunos países africanos y asiáticos y como el primero en Latinoamérica (ICEFI, 2011). Por su parte la desnutrición aguda se reportó como un 1.4% (2008-2009), (ENSMI, 2017). Sin embargo, este año la situación está agravándose, el impacto de la pandemia covid-19 incrementará la inseguridad alimentaria de los hogares más vulnerables y se prevé un aumento en los casos de desnutrición aguda y crónica (Espina, 2020). De hecho, el Análisis de inseguridad alimentaria aguda del la CIF (Clasificación Integrada de la seguridad alimentaria en Fases) proyectó en su último informe un 29% de personas (139 mil) en inseguridad alimentaria aguda para el trimestre de junio-agosto 2020, esto en microregiones vulnerables de Guatemala, El Salvador y Honduras. Previendo a su vez un incremento de desnutrición crónica infantil por COVID-19 de aproximadamente 900,000 casos en Centroamérica (SICA, 2020). Atacar estos problemas es parte de las metas mundiales expresadas en los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Guatemala ya cuenta con experiencias positivas en la reducción de pérdidas post cosecha por el adecuado uso de estos subproductos. En 2013, en respuesta a pérdidas de cultivos de zanahoria en Sololá, se estableció una fábrica de jugos y producción de harina de pulpa reduciendo las pérdidas del fruto de 8 a menos de 1%. Otro ejemplo es en Retalhuleu, dónde los residuos sólidos de cáscaras de naranja se han reducido en un 5% por la fabricación de harina que se vende como alimento funcional. Además, los procesadores de jugo han aumentado sus ingresos netos de las ventas en un 10% a través de la venta de cáscaras de naranja (FAO-Gamboa, 2015). Estos ejemplos muestran que muchos de los frutos descartados aún son comestibles, valiosos en compuestos como proteínas, lípidos, almidón, fibra dietética y micronutrientes. Se necesita la aplicación de procesos tecnológicos para el aprovechamiento de estos descartes y su aplicación en productos alimenticios de alto valor nutricional. Uno de los frutos con este potencial es la okra. Esta es una vaina de color verde reconocida como “el perfecto vegetal del aldeano”, ha sido utilizada para fortificar harinas y cereales de desayuno. Tanto la vaina como sus semillas son una fuente de proteína (18-41% base seca) con una composición de aminoácidos comparables con la soya. Además, provee de micronutrientes como el Zinc y Hierro (Adelakun, et al. 2012).
- Impacto esperado:
- Utilizar las pérdidas post-cosecha para aumentar la disponibilidad de alimento contribuirá a la solución de estos dos problemas que coexisten en países en vías de desarrollo. Es una solución sustentable que puede mejorar la nutrición y la calidad de vida de los productores. Además, responde al Objetivo de Desarrollo Sostenible No.2: poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria, la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible; y de forma causal a reducir la pobreza (ODS No.1). Por sus beneficios, la okra es una fuente asequible de proteínas, minerales, vitaminas, fibra dietética y ácidos grasos cuyo consumo contribuye a una buena nutrición. Estudios señalan que las concentraciones de azúcares y proteínas son aún mayores en días tardíos de cosecha (5 a 9 días) lo que indica que las pérdidas por sobremadurez no afectan la calidad nutricional del fruto (Agbo et al, 2008). Estas “perdidas” pueden ser procesadas en harina para el enriquecimiento proteico y la mejora funcional de alimentos que requieran altas capacidades de absorción de agua, de aceite, propiedades espumantes y emulsificantes. Su aplicación en un alimento terapéutico listo para consumir responde a la creciente necesidad de insumos de recuperación nutricional para niños con desnutrición, sobretodo por la reducción y limitaciones de los servicios esenciales de salud como efecto de COVID-19. Se espera que esta alternativa de alimento terapéutico se una a las iniciativas que han comenzado a surgir en latinoamérica. Actualmente no se destina investigación para este tema y las opciones para la recuperación nutricional de desnutrición aguda sin complicaciones siguen siendo muy escasas o inexistentes, se depende casi en su totalidad de donaciones extranjeras que solo pueden entrar al país por medio del gobierno. Producir en Guatemala sería beneficioso para el acceso y costo, no solo para el país sino para toda la región.
- ¿Tiene la propuesta un modelo de negocio?
- Sí, a continuación se describe la propuesta del modelo de negocio. Propuesta de valor: Alternativa de un alimento terapéutico que cumple con los requerimientos de Unicef y del programa mundial de alimentos. Este a un menor costo que la formulación regular que es a base de mantequilla de maní. Segmento de consumidor: Organizaciones de ayuda, hospitales, centros de salud y consumidores particulares que busquen un opción saludable para sus hijos. Canales: Venta directa para compradores grandes y en fases posteriores tiendas de abarrotes.Relación con el consumidor: Cercana, se debe tener una relación fuerte y retroalimentación para trabajar en conjunto con las organizaciones.Ingresos: VentasAlianzas: Industrias con descartes a gran escala. Organizaciones de ayuda a la comunidad, hospitales, campañas y movimientos contra la desnutrición. Actividades clave: Ventas y asociación con clientes Distribución. Investigación y desarrollo.Recursos clave: RRHH, materia prima, tecnologíaEstructura de costos: Investigación y desarrollo, sueldos, distribución, ventas, marketing.
- ¿En qué fase se encuentra la propuesta?
- Prototipo
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